jueves, 19 de noviembre de 2009

Provocación

Desde el inicio de los tiempos ha sido así: Aquellos que controlan a los otros; esa hegemonía que se construye en pos de lo dominante y de su idea del “bien común”, conservando ciertos rasgos residuales y se va adaptando a lo emergente, pero no es tan así: En la pos-modernidad, lo dominante rechaza lo residual y emergente con fuerza, y sólo rescata (a veces incluye) aquello que podría agradarle y construir de ellos; la gracia es excluir a la otredad, porque a lo dominante no le gusta. Así, niega su existencia. Con esa mera aceptación de lo que le parece aceptable del otro, se crea una falsa conciencia y se les engaña para creerse aceptados y que acepten lo hegemónico y sigan el orden establecido. Se enuncia un esfuerzo de parte de lo dominante y lo hegemónico para trabajar en conjunto con lo residual y lo emergente, en otras palabras, con la mayoría de los sujetos “no-Padres”, en promesa de armar una nueva Torre de Babel al juntar las particularidades de los grupos, manteniendo la noción de tener el control sobre los actos propios, inocentes ante esa sutil, pero sorprendentemente efectiva, manipulación, y pauteada normalidad.

- fragmento del ensayo que me quedé escribiendo hasta las 4:32am, la noche pasada. No pongo nada más porque el resto ya mete mucha materia. Y lo subo porque no tengo ninguna otra cosa que decir. La u ha absorbido mi vida, y qué Noviembre se nos viene!

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